Técnicas Naturales para Quedarse Dormido

El insomnio es uno de los síntomas más comunes de la depresión. Para aquéllos que lo padecen, la hora de dormir deja de ser un momento placentero y relajado y se convierte en un auténtico infierno.
Además, permanecer despierto tiene consecuencias en la salud. El sueño tiene un importante papel de restauración de la mente y sirve para recuperar la energía gastada durante la actividad cotidiana.

Por supuesto, si se sufre este problema se debe consultar al médico. Es el único que puede aclarar las causas y solucionar el problema. Si la falta de sueño afecta negativamente la vida cotidiana de la persona, es bastante posible que el facultativo opte por la vía farmacológica. También existen diferentes remedios naturales que pueden ayudar, sin consecuencias negativas.

Buenas prácticas durante el día

Para poder tener una buena noche de sueño, hay que prepararse desde primera hora del día. Se recomienda levantarse temprano siempre, para que a la hora de volver a la cama, hayan pasado el máximo de horas posible. Se debe evitar tumbarse en la cama para leer y en general usarla para cualquier cosa hasta que llegue la noche.

Conviene hacer ejercicio durante el día, sobre todo cuando se realiza un trabajo sedentario. A lo largo de la jornada es una buena costumbre evitar sustancias como la cafeína, presente en el café y en el te, y en algunos refrescos como la Coca-Cola. Obviamente conviene prescindir de ellos con más cuando falten pocas horas para acostarse. Lo mismo ocurre con el alcohol, que no ayuda a conciliar el sueño como se cree, pues cuando se pase su efecto estupefaciente, el cuerpo lo echará de menos y la persona se despertará.

A la hora de irse a la cama

Se debe mantener siempre el mismo horario para dormir. De esta forma, el cuerpo se acostumbra a la rutina y funciona mejor. Es bueno ponerse bajo las sábanas todos los días en el mismo momento, incluso cuando no se sienta cansancio.

Escuchar música relajante –por ejemplo las obras de los grandes clásicos– y darse un baño caliente –con agua templada que no esté a una temperatura demasiado elevada y quizás sales relajantes– predisponen a quedarse dormido. Es importante que la cena sea ligera. Conviene tener un buen colchón, que no sea demasiado viejo y una buena cama.

Se debe cuidar la temperatura del dormitorio. Si hace demasiado calor, se debe abrir la ventana. Si el ambiente es muy seco, es bueno poner un cubo con algo de agua. La higiene resulta fundamental, pues será más agradable descansar en una habitación limpia, sin malos olores, y con las sábanas recién cambiadas. Por supuesto, si se vive en una zona especialmente ruidosa, resultará más difícil dormirse. Se puede intentar solucionar la situación con dobles ventanas, aislando acústicamente la estancia, o en un caso extremo planteándose una mudanza a otro lugar.

Si no se logra el objetivo de quedarse dormido

Si a pesar de todas estas recomendaciones, el insomnio perdura, aún existen algunos pequeños trucos que se pueden intentar. Por ejemplo, a veces funcionan métodos tradicionales como visualizar animales (las típicas ovejas) y contarlas. Los ejercicios de respiración y relación pueden venir bien. Se descansa mejor boca arriba, y aunque también se puede dormir sobre el lado derecho, se debe evitar hacerlo boca abajo.

Si el problema persiste, suele resultar bastante efectivo salirse de la cama y llevar a cabo una actividad. Cada persona debe elegir la que le resulte especialmente incómoda y pesada, por ejemplo planchar. No debe ser una tarea que implique demasiado ejercicio físico, como ponerse en la bicicleta estática, pues la persona podría desvelarse por completo.
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